México, 1 may (Prensa Latina) Un encuentro fraternal con el ánimo de acercar posiciones entre el gobierno y el heterogéneo movimiento sindical mexicano encabezó hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Palacio Nacional.
Se trató de un almuerzo al que fueron invitados todos los dirigentes nacionales de las múltiples confederaciones y numerosos sindicatos del país, casi todo el gabinete ampliado y los jefes de bancadas y presidentes de comisiones de ambas cámaras del congreso, lo cual fue considerado como el acto oficial de la celebración del Primero de Mayo, Día de los Trabajadores.
El encuentro se realizó después de terminados los numerosos desfiles obreros que convergieron en el Zócalo de la ciudad, frente al palacio, que este año concentró a decenas de miles de mexicanos, probablemente el más masivo que se recuerde en muchos años.
Después de contactos privados con líderes de confederaciones y sindicatos entre los cuales hay lógicas divergencias y rivalidades, López Obrador pronunció un discurso de conciliación de intereses en el que dedicó la mayor parte del tiempo a resaltar la aprobación de la reforma laboral.
Esta es una demanda de los trabajadores, dijo, que garantizara la democracia sindical y la libre elección mediante voto directo, libre y secreto.
Que el sector obrero la haya aprobado es importante pues es entender que se viven nuevos tiempos y nuevas circunstancias. Esto significa, expresó, que vamos a actuar con mucho respeto a la autonomía sindical y ya no se va actuar como antes cuando el gobierno tenía dirigentes sindicales preferidos.
Consideró que si algo ha caracterizado a este movimiento histórico que es la IV Transformación es el cambio de mentalidad que se ha venido dando en todo el país. Estamos en el mejor momento de la historia de México en cuanto a desarrollo de conciencia política, y en ese sentido somos un ejemplo, somos vanguardia mundial.
Pidió a los líderes sindicales tener confianza y aseguró que el cambio que vive México bajo su gobierno va a salir bien y como dijeron algunos de los líderes presentes, todos podemos ir juntos al cambio.
Ya está la ley de reforma laboral aunque nos hace falta la aplicación, es decir, cómo se van a implementar, por ejemplo, el arbitraje en los tribunales, la justicia laboral, el organismo de conciliación para no saturar al poder judicial, señaló.
Se mostró convencido de que el gobierno y el movimiento sindical sí pueden llegar a acuerdos en procesos que se encaren de manera conjunta entre todos los factores de negociación.
En tal sentido se congratuló de tener el mejor equipo de gabinete después del que tuvo Benito Juárez.
Reiteró a los dirigentes sindicales que como presidente de la República extendía su mano franca para dialogar y les dio las gracias de todo corazón por apoyar la reforma para lograr tener un marco legal distinto para actuar aun cuando faltan algunas leyes: pero hemos contado con el apoyo de todos los sectores desde legisladores hasta empresariales y obreros.
Los convoco a que no se excluya a nadie, insistió, que no nos confrontemos, que dialoguemos mas cuando se trata de intereses de una clase social como son los trabajadores, aunque puedan haber tendencias y corrientes.
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